Igartubeiti, museo del caserío vasco

Entre los múltiples pequeños lugares de interés en la comarca de Urola Garaia , nos acercamos a conocer Igartubeiti, museo del caserío vasco, un elemento más para conocer la cultura y modo de vivir de aquellos vascos de hace unos cientos de años y la curiosa y admirable construccion con maquinaria para hacer sidra incluida.
Índice del artículo
Igartubeiti, caserío del siglo XVI
El caserio Igartubeiti fue construido en 1540 y es el mejor exponente de la Edad de Oro del caserío vasco. Está construido en madera de roble y hoy en día aún se conservan las estructuras originales tras la gran reforma que realizó la Diputación de Gipukoa en 1993. Esta restauración fue muy compleja y laboriosa pero se recupero la imagen que tenia el caserío en el siglo XVII, en la época de mayor apogeo.
Con la reforma del caserío se construyó un centro de interpretación donde podremos conocer mejor la historia del caserío con paneles informativos, audiovisuales, objetos etc..
Como llegar
Igartubeiti está situado en la carretera que lleva a la pequeña localidad de Ezkio Itsaso en la comarca de Urola Garaia al sur de Gipuzkoa. El museo dispone de un amplio parking en sus instalaciones.
En transporte publico: la única manera de llegar es en autobus de Lurraldebus linea G006 que une las localidades de Gabiria, Ormaiztegi, Ezkio , Itsaso y Zumarraga
Información útil
Web: www.igartubeitibaserria.eus
Email: igartubeiti@gipuzkoa.eus
Teléfono: +34 943 72 51 07
Dirección:Caserío Museo Igartubeiti Baserri Museoa
Ezkio bidea 1. Km
Ezkio 20709
– Martes-Sábado
10:00-14:00
16:00-19:00
– Domingo
10:00-14:00
Del 1 de noviembre al 28 de febrero:
– Martes-Viernes
10:00-14:00
– Sábado
10:00-14:00
16:00-19:00
– Domingo
10:00-14:00
Entrada General 3€
Grupos de más de 5 personas 2€
Estudiantes, mayores de 65 años y familias numerosas 1.5€
Jueves gratis
Visitas guiadas +1€
Para participar en las actividades del museo se recomienda reservar cita con antelación
Visita a Igartubeiti
Comienza nuestra visita a Igartubeiti por el centro de Interpretación donde nos sellan el Gipuzkoa Passport.

Al acceder al museo lo primero que veremos es una exposición temporal “Emakume ekintzaileak sagardogintzan” donde se da a conocer la relación de la sidra con la mujer. Se cuentan las historias de 4 mujeres que tuvieron una relación muy diferente con la sidra entre los siglos XVI y XVIII.

Antiguas fotografías relacionadas con el mundo del caserío.

Durante la visita se proyecta un audiovisual donde Kattalin Kortaberria nos guiara en la visita cuenta en primera persona las vivencias de la familia y el mundo del caserío.

Una maqueta del funcionamiento del lagar para prensar las manzana y obtener el mosto para hacer sidra.

Tras dejar el centro de interpretación accedemos al caserío. Delante del caserío nos encontramos con un huerto ecológico donde mes a mes se van cosechando las verduras de cada temporada sin usar ningún producto químico.
Si nos fijamos en la siguiente foto, tanto a la derecha como a la izquierda vemos una pared mampostería, esta parte del caserío se debe a una ampliación del caserío en siglo XVII y fue usado para albergar el ganado y secar el maíz.

En el soportal del caserío encontramos plantas de lino secándose y, tras un largo proceso de elaboración, se obtenían las diferentes telas que usarían en el día a día los habitantes del caserío como camisas, sabanas, manteles…

Diferentes herramientas para obtener el la fibra para poder hilar y tejer las telas.

El telar utilizado para tejer el lino

En la parte baja del caserío es donde la familia hacia la vida. La cocina era el lugar donde se juntaba la familia al calor del fuego, para aprovechar el calor de los animales ya que los establos estaban comunicados con la cocina y las habitaciones.
El fuego se encendía sobre el mismo suelo y encima se colocaba un gran caldero donde se preparaba la comida. El caserío no disponía de chimenea y se aprovechaba el humo para ahumar las carnes y quesos que finalmente salían por pequeños orificios en la madera. Por estos orificios entraba aire frio a la casa, con lo que los habitantes del caserío usaban unos bancos con respaldo alto llamado escaños con los que se protegían del aire frio.
Toda la madera de la cocina tiene un color negruzco producido del humo que, por una parte, era perjudicial para la salud de la familia pero, por otra, era bueno ya que secaba la madera de este entorno tan húmedo.

Los quesos se conservaban en altura para ser ahumados y también evitar que los roedores dieran cuenta de los mismos.

Igartubeiti destaca por su lagar donde prensaban manzana para elaborar la sidra que posteriormente en la bodega se almacenaba en diferentes barricas. Se ordenaban las barricas por la calidad de la sidra obtenida, reservándose para consumo propio las barricas de peor calidad.

Tomamos las escaleras para ascender a la planta superior, un espacio dedicado a los diferentes trabajos del caserío.

En el centro de la parte superior se encuentra el lagar, el alma de este caserío. Aquí se pisaba la manzana con unas mazas y posteriormente se construía una pirámide de grandes maderos entrecruzados. Sobre esta pirámide se colocaba una gran viga de 10 metros de longitud que presionaba el entramado gracias al giro de un usillo de madera de wengué africano de alta resistencia. El zumo que se obtiene de las manzanas va fluyendo por el piso de madera que esta construido con diferentes inclinaciones hasta llegar a un sumidero donde se acumula antes caer al piso inferior. El zumo obtenido se fermentará en las barricas que están en la cuadra.

Detalle de los maderos que prensaran las manzanas

Al lado del lagar también se encuentra el granero, la parte sur del mismo era utilizada para secar el maíz que siglos antes había llegado de América. El granero se construyó en la ampliación del siglo XVII

Las colmenas eran otra parte importante de los caseríos de la época, era la única opción de obtener productos dulces en esta zona. La obtención de la cera también era importante en aquella época ya que con ella se construían las velas para iluminar viviendas e iglesias. Pero la mejor utilidad que le daban a las abejas era para polinizar los manzanos próximos al caserío y de esta manera obtener ricas manzanas.

Más planes para completar del día
El entorno ofrece innumerables opciones para completar el día
Senderismo: Ezkio – Kizkitza – Mandubia – Atxurza – Ezkio
Como buenos amantes de la montaña os proponemos un bonito plan de senderismo donde visitaremos la ermita de Kizkitza situada en lo alto de un promontorio. Los pescadores de Gipuzkoa tenían gran devoción a la virgen de Kizkitza ya que desde los bosques cercanos a la ermita se obtenía de las hayas la madera para construir los barcos. Como curiosidad, al lado de esta ermita del siglo XVII, está colocado un faro de 12 metros de altura que era visible desde el mar, aunque se sitúa a 24km en linea recta de la costa

Ermita de la Antigua
Urola Garaia ofrece diferentes atractivos, uno de ellos es la ermita de la Antigua. Considerada como la catedral de las ermitas, fue construida en 1366 y fue parroquia de Zumarraga . Destaca el interior de madera con un complejo sistema de vigas de madera de roble que hacen que sea una ermita única



Legazpi, valle del Hierro
En la vecina localidad de Legazpi podremos conocer el valle de hierro y saber más sobre la importancia de este mineral en la comarca. Si visitamos un domingo Legazpi no deberíamos perder la oportunidad de ver en funcionamiento la ferrería de Mirandaola.


Donde comer
La comarca ofrece gran oferta gastronómica, estos son los establecimientos que recomendamos:
Argindegi Ostatua (Ezkio)
Si hemos optado por hacer la ruta montañera por Kizkitza, comer en Argindegi Ostatu de Ezkio es el plan perfecto. Josu Landa nos preparará un menú estupendo y con generosos platos elaborados con productos de temporada kilómetro cero, un autentico lujo.


943 72 02 67
Kabia Jatetxea (Zumarraga)
Otra opción de comer en la comarca es el Restaurante Kabia de Zumárraga, nuestro restaurante preferido del mundo mundial. Dos grandes maestros de la cocina al frente de este proyecto, Juanma Hurtado y Bikendi Casado (my brother) también elaboran menús con productos de temporada locales. Para el menú del día ofrecen dos medios platos fijos y el segundo a elegir y para rematar una amplia gama de postres caseros, todo ellos de gran calidad que supera ampliamente las cartas de muchos restaurantes. Cuando visitamos los fines de semanas lo tenemos claro, nos decantamos por los menús degustación que van variando constantemente en función de los productos de temporada, estos son los platos que incluyen en un menú degustación made in Kabia:
- Aperitivo de picoteo de Kabia
- Ensalada de perdiz escabechada con vinagreta de frutos rojos
- Pulpo a la plancha sobre compota de cebolla
- Ravioli de champis y verduras con foie a la plancha
- Bacalao sobre su ajoarriero
- Carrilleras de ternera braseadas con puré de patata y verduras
- Crema de yogurt con cerezas y helado de queso
- Cremoso de chocolate con helado de fruta de la pasión

943 72 62 74
restauratekabia.com
kabia@restaurantekabia.com
Me parece increíble que en un entorno de clima norteño se haya conservado hasta hoy en día la estructura de madera del s. XV y XVII. Yo provengo de Galicia, y mis abuelos por parte de mi madre tiene una casa de aldea donde desempeñaban hasta hace pocos años labores similares, es curioso cómo en el mundo rural apenas han cambiado las costumbres a lo largo de los siglos.
Sin duda es muy interesante para ver y aprender, especialmente para la gente que no ha tenido contacto con el campo, y luego si se completa la visita con esos lugares que recomendáis ya sale un día redondo. Un saludo
Que intererante la visita al caserío, y caramba,cuantas cosas se hacían en él, hasta sacaban el lino para la ropa, ¡alucinante! Me lo apunto para ir a verlo algún día porque sin duda es una visita super didactica y entretenida. Y la otra cosa que me ha encantado, es el sistema de vigas de la ermita, me ha dejado con la boca abierta, vaya pasada es realmente bonita. Muy buena info.
Que intererante la visita al caserío, y caramba,cuantas cosas se hacían en él, hasta sacaban el lino para la ropa, ¡alucinante! Me lo apunto para ir a verlo algún día porque sin duda es una visita super didactica y entretenida. Y la otra cosa que me ha encantado, es el sistema de vigas de la ermita, me ha dejado con la boca abierta, vaya pasada es realmente bonita. Muy buena info.
Espectacular. Conozco bien poco del País Vasco, más allá de sus capitales, de manera que debería realizar una incusión en su zona más rural. Y no faltará este caserío del siglo XVII. Madre mía, 500 años a sus espaldas casi.
Gracias también por estas recomendaciones culinarias, aumque creo que en Euskadi siempre se come bien.